martes, 30 de julio de 2013

Torchlight, el hermano bastardo de Diablo


Aprovechando que me lo he pasado ésta tarde voy a hablaros de Torchlight, un juego de rol de la escuela fundada por el mítico Diablo de Blizzard. Y algo claro en este juego es su inconfundible sabor a éste. ¿Copiada? No. Bueno, si, pero... mejor lo explico de una vez. El caso es que de Runic Games, el estudio que lo creó, forman parte Max y Eric Schaefer, cofundadores de Blizzard North y creadores de Diablo entre otros. Para los que queráis una confirmación echad un ojo aquí.


Como podéis ver posee un estilo más... desenfadado, de dibujo animado. Visualmente ofrece un estilo similar a Warcraft 3, y lo cierto es que no le queda nada mal. Para mi gusto le da mucha personalidad a éste juego. Fiel al género, nos ofrece las tres clases más arquetípicas que podéis ver aquí, el guerrero, la arquera y el mago. ¿O no? La verdad es que es un poco más complejo que eso, ya que el desarrollo de los personajes es mucho más flexible de lo que cabe esperar al no tener que seguir las tres ramas que ofrece cada uno de ellos a rajatabla pudiendo adquirir de aquí y de allá sin necesidad de comprar previas obligatorias. Puedo deciros, con el alquimista, que es con el que me he pasado el juego, que aparte de mago puedes hacer de él un buen arquero o incluso combatiente de melé.


Algo que me ha gustado mucho de éste juego es la mascota que te acompañará a lo largo de tu aventura, pudiendo elegir entre un gato, un lince diría yo, y un perro, que casi parece más un lobo. El caso es que no se limitará a hacernos compañía, ya que además de luchar contra nuestros enemigos podrá cargar con las cosas que encontremos, ir a nuestra orden a venderlos mientras nosotros seguimos adelante y hasta aprender hechizos con los que nos dará un inestimable apoyo. Además también podrá comer los peces que pesquemos para convertirse en extrañas criaturas.


En cuanto al desarrollo decir que es muy parecido al que ofrecía Diablo en su momento. Un mal que anida en las profundidades de una catedral, perdón, mina a la que nuestros protagonistas deberán descender piso a piso hasta llegar a la fuente. Por otro lado hay que decir que hay una gran variedad tanto de zonas y escenarios como de enemigos, todas con un diseño muy colorido, las más lúgubres no tanto, que consigue que queramos seguir avanzando y descubriendo lo que nos aguarda en el peligroso descenso.


Una pega que se le puede poner a éste juego es la ausencia de multijugador, pero a estas alturas, teniendo disponible ya la segunda entrega, que conseguí hace bien poco en las ofertas de Steam por 5 euros, no me parece a mí para tanto. Para compensar tenemos la posibilidad de agregar mods a el juego con bastante facilidad que enriquecerán y ampliaran la experiencia de los que queráis exprimirlo aún más. Mayor variedad de mascotas, misiones extra, lo que haga falta.


Y por último decir otra vez que desde el año pasado está disponible la segunda entrega de éste juego. Y ésta si que la compararé con Diablo 2, incluso el 3. El caso es que tanto comparar Torchlight con el primer Diablo viene a que éste se parecen tanto los dos primeros como los dos segundos. Los que hayáis jugado tanto a los Torchlight como a los Diablo lo entenderéis y a los que no se lo explicaré en una próxima entrada en la que hablaré de ésta segunda parte cuando la haya probado en mayor profundidad. Y ahora, hala, a matar bichos.

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